jueves, 28 de enero de 2010

Oh happy day!

Estaba hoy nuevamente en el metro de vuelta a Brooklyn cuando tres individuos han abordado el tren. Han sacado sus taburetes plegables, se han instalado en medio del vagón y han animado dos o tres paradas de trayecto a base de rítmicas melodías. A golpe de bongo han catapultado a más de uno del asiento. Un pasajero no ha podido resistirse y ha acabado dando rienda suelta a sus caderas, deleitándonos con un meneito al más puro estilo Brasil. Varios más hemos sucumbido a la atracción de la improvisación subterránea, acompañando el show con energéticas palmadas.

Realmente, no hay nada como las sorpresas que te llevas en los commutings de Nueva York. ¿Recordáis el anuncio de Marca donde un ejecutivo inspira al resto de pasajeros del metro, cual entrenador de fútbol? Pues al llegar a mi parada me sentía igual. He pisado el andén con firmeza y me he dicho “¡tú puedes!”.  ¿Por qué no? ¿Acaso no es esta la ciudad de las oportunidades?

La vida nos sonríe a diario y con las prisas a veces se nos olvida devolverle la sonrisa. Hoy he decidido que no solo voy a corresponderle, sino que voy a dedicarle un guiño extra. 

No hay comentarios: