Un extraño rincón escondido por el Lower East Side neoyorquino que se declara raruno con orgullo y luce su quinoa teñida de remolacha a mucha honra. Vivan los veggies y este por partida doble, pues no sólo ofrece bio-papeo preparado, zumos de brócoli o una amplia sección de vegan supermarket. Tiene conexión wifi, sofás y hasta una terracita de lo más cuca.
Como buena admiradora de la cultura tofu recomiendo a los seguidores del universo soja que no dejen de visitar este madriguera naturista. Degustaréis el menú más colorido que jamás hayáis probado y disfrutaréis de un ambiente zen de lo más relajante. Y para rematar la tarde con un ommm cultural podéis finiquitar el día con el documental de turno que echen en Houston con la 1ª.
P.D.: Siento el pragmatismo de este último post, prometo algo más de chicha barbaril en el próximo. Hasta entonces seguiré buscando lo extraviado en rinconcitos raros.
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